La guía definitiva sobre los vehículos eléctricos comerciales ligeros, con datos y respuestas... según Arval

En los últimos años, la movilidad eléctrica ha dejado de ser una promesa de futuro para convertirse en una realidad tangible, especialmente en el ámbito de los vehículos comerciales ligeros. El mercado europeo está experimentando una transformación clara: en 2019, los eléctricos representaban solo el 1,3% de las ventas, pero en 2023 ya alcanzaron el 7,4%. Y todo apunta a que esto es solo el comienzo.

Este crecimiento responde tanto a la presión regulatoria como a los avances tecnológicos. Cada vez hay más modelos disponibles, con mejores prestaciones y mayor autonomía. Las flotas comerciales se ven en la necesidad —y al mismo tiempo en la oportunidad— de adaptarse. Adaptar eLCVs no solo significa cumplir con normativas más exigentes, sino también contribuir activamente a los objetivos de sostenibilidad de las empresas.

El Arval Mobility Observatory ha querido dar respuesta a esta transformación con un nuevo libro blanco que pone orden y claridad en este terreno. Bajo el título "10 preguntas sobre los eLCVs, navegando por la transición energética en la gestión de las flotas comerciales", ofrece una guía completa y muy práctica sobre cómo integrar estos vehículos en la operativa diaria. No se limita a repasar modelos, autonomía o costes: también examina la infraestructura de carga, las implicaciones financieras y da consejos concretos para quienes buscan electrificar sus flotas de manera eficaz.

Las cifras son contundentes. Según el Barómetro de Flotas y Movilidad 2024 de Arval, el 27% de los responsables de flotas ya utilizan o planean incorporar eLCVs en los próximos tres años. Y las proyecciones a medio plazo sitúan la cuota de mercado global de estos vehículos en un 22,8% para 2030, con cerca de 4 millones de unidades en circulación.

En cuanto a la autonomía, los nuevos modelos previstos a partir de 2025 prometen superar los 250 km (WLTP). Sin embargo, factores como la carga útil, el remolque o las bajas temperaturas pueden reducir notablemente esa cifra. En condiciones reales de uso y en invierno, la autonomía puede caer hasta un 60 o 70% respecto a la cifra oficial. De hecho, en pruebas realizadas por UTAC para Arval, los eLCVs de tamaño completo alcanzaron un 57% de su autonomía WLTP, y los de tamaño medio, un 55%.

Es cierto que el precio de adquisición sigue siendo más alto que el de los modelos diésel o gasolina: hasta un 48% más en el caso de los pequeños. Pero si se analiza el coste total de propiedad (TCO), el panorama cambia. Un estudio del McKinsey Center for Future Mobility estima que, en un uso urbano típico (24.000 km al año durante 6 años), los eLCVs son un 13% más baratos de operar, gracias a menores costes de mantenimiento y energía, además de los incentivos fiscales y ayudas a la compra que existen en muchos países europeos.

En resumen, estamos ante un cambio de paradigma. La electrificación de las flotas comerciales ligeras no solo es viable, sino que cada vez es más rentable. Quienes den el paso ahora, estarán mejor posicionados para afrontar un futuro en el que la sostenibilidad y la eficiencia ya no serán opcionales, sino imprescindibles.